Todos somos testigos en los
últimos meses de la lapidación pública a la que ha sido sometida una persona,
una mujer, una ciudadana, una representante pública, Rita Barberá Nolla. Ríos
de tinta se han derramado en artículos, portadas de diarios, horas en programas
de TV, juzgándola sin ser juzgada, sentenciándola sin tener sentencia…, jugando
todo el mundo a Jueces y Magistrados. Y todo ello derivado de una investigación
cuya conclusión está por demostrar, sobre “blanqueo de dinero”, concretamente
1.000 €uros. La mala suerte del personaje, que era una persona pública dedicada
a la noble pero desprestigiada tarea de la política.
En España hemos conocido también estos
días que a otro personaje público, en este caso un jugador de fútbol, Neymar
(F.C. Barcelona) se le pide por parte de la Fiscalía de la Audiencia Nacional 2
años de cárcel y 10 millones de €uros de multa por una estafa contra la
Hacienda Pública. Pero hay una gran diferencia, este señor sale a la calle y es
aplaudido por los ciudadanos, sigue llenando campos de fútbol, y es llevado a
los altares por los medios de comunicación, una gran diferencia con el otro
personaje público, Rita Barberá. La diferencia es tan grande entre ambos casos
como las cuantías que se están manejando entre ellos, 1.000 €uros frente a 10
millones de €uros. Así nos comportamos los ciudadanos y se comporta agitando la
calle la prensa en nuestro país, España.
Rita Barberá (Valencia 16.07.1948
– Madrid 23.11.2016) entregó su vida al servicio público, al servicio de los
demás, dándole los valencianos/as su confianza en reiteradas ocasiones. Fue Portavoz
Municipal en la oposición en el Ayuntamiento de Valencia entre 1987-1991;
Alcaldesa de Valencia entre 1991-2015; Diputada en las Cortes Valencianas entre
1983-2015; Presidenta de la Federación Española de Municipios y provincias
(FEMP) entre 1995-2003; Senadora por designación autonómica entre 2015-2016.
Rita era afiliada a Alianza Popular y al Partido Popular ininterrumpidamente desde
1976, solicitando ella misma la baja del partido en 2016, para no hacerle daño a
la imagen del partido en esa lapidación pública a la que estaba siendo
sometida.
Rita era una mujer muy preparada
en todos los sentidos, también en su formación personal ostentando varias
licenciaturas, en Ciencias Políticas, Económicas y Empresariales por la
Universidad de Valencia, y en Ciencias de la Información rama de Periodismo por
la Universidad Complutense de Madrid. Era funcionaria de la Administración
General del Estado, economista.
La vida dicen que está llena de
casualidades, y puede que también en el caso de Rita. Su padre D. José Barberá Armelles
era periodista, y llegó a presidir la Asociación de la Prensa Valenciana
durante 30 años, trabajando en varios medios de comunicación. De ahí le vino a
Rita su entusiasmo por el periodismo, que llegó a ejercer antes de sacar la
oposición a la función pública y dedicarse a la política. Qué curioso, esa
profesión de periodista a la que amaba y cariño hacia los medios de
comunicación, se le vuelve absoluta y brutalmente en contra sin sentencia
alguna, por una acusación de estafa de 1.000 €uros. Es muy injusto!!!
Podemos imaginar el calvario que
ha pasado durante los últimos meses, semanas, días y horas, muchos en soledad.
Como la soledad que representa la habitación de un hotel fuera de tú ciudad,
ese mismo hotel en el que encontró la muerte esta semana, tal vez sobrevenida
por los propios acontecimientos vividos.
Sobre lo acontecido en el minuto
de silencio en el Congreso de los Diputados, nada que comentar, no voy a
contribuir a dar publicidad a un grupo de impresentables, su actitud les
califica por sí mismo. Las personas somos personas y no animales.
Que la muerte de Rita valga para
recapacitar todo el mundo, y que de ahora en adelante juzguen y sentencien los
que tienen las facultades y la responsabilidad de hacerlo, y por supuesto que
seamos capaces entre todos de darle a la noble tarea de la política y sus
representantes, el digno lugar que les corresponde.
Desde aquí transmito mis
condolencias a familiares y amigos de Rita Barberá Nolla. D.E.P.
Fernando J. Manzano.